Hasta Gibraltar se rie de España

El proceso de descolonización dio inicio al poco de la conclusión de la segunda guerra mundial. Se extendió a lo largo de la década de los cincuenta y sesenta del siglo pasado y alcanzó su culminación con la entrega de Honkong, colonia británica, a china.

De todo ese proceso solo quedan dos llagas pendientes e intolerables a día de hoy. Una es el Sahara, antigua colonia española invadida por Marruecos sin derecho alguno y la otra es Gibraltar, que fue ya reconocida en los años sesenta como colonia a la que debía aplicarse un proceso de descolonización de las Naciones Unidas.

Desde que Gibraltar fue capturada en nombre del Rey de España por una flota conjunta Anglo-holandesa y luego retenida por un acto de piratería británico, las reivindicaciones españolas han sido siempre las mismas. Lo ha sido con monarquías, con repúblicas y con dictaduras. Lo han sido con gobiernos de izquierdas y de derechas. Lo han sido de manera constante y uniforme hasta la llegada al poder de José Luís Rodríguez Zapatero.
La disparatada política internacional de Rodríguez Zapatero ha dejado de lado la reclamación de la soberanía española sobre Gibraltar y por añadidura ha permitido que se multipliquen los abusos británicos.

En estos momentos en que la Unión Europea ha aprobado un plan conjunto de utilización por España y Reino Unido de las aguas que rodean el peñón, el primer ministro de Gibraltar, Peter Caruana, se permite agredir y humillar a las fuerzas del orden españolas en contra de la legalidad y simplemente porque no está de acuerdo con una disposición de la Unión Europea que hace justicia a España.

A estas alturas de la historia resulta intolerable que la última colonia se halla enclavada en la Unión Europea, y más concretamente en territorio español. Resulta intolerable que Gran bretaña siga eludiendo el abandono de la colonia como hizo por el contrario con Honkong y resulta intolerable que un gobierno como el de Gibraltar viole la ley y además se permita chulear y amenazar a España.

A esta situación vergonzosa se ha llegado gracias a la política internacional de Rodríguez Zapatero y de Moratinos que ha colocado a España en una situación de más que obvia debilidad.

Esperemos que pronto se corrija esta política, para evitar que a los insultos y chantajes de los que España es objeto casi a diario, tanto a nivel nacional como en el plano internacional, se sume el día menos pensado una grabe agresión manchada con sangre española.